Consecuencias del uso de bytes como si no hubiera un mañana

En un contexto donde la sostenibilidad se volvió clave para la supervivencia, las marcas de eCommerce tienen un rol fundamental que jugar no solo en lo que ofrecen, sino también en cómo lo hacen. Cuando pensamos en sostenibilidad, solemos imaginar productos físicos, pero pocas veces consideramos el impacto digital de las industrias.

Hoy, el uso de internet representa un 7% del consumo energético global, y nuestras actividades digitales diarias, desde una compra online hasta un posteo en redes, constribuyen a esa cifra.

¿Qué podemos hacer para reducir nuestra huella digital?

Podemos arrancar optimizando los procesos y flujos de datos. Las integraciones tecnológicas no solo mejoran la eficiencia, sino que también reducen las emisiones de carbono generadas por la transferencia de datos. Además, es importante medir y optimizar toda la actividad digital. Acciones tan simples como reducir el peso de los correos electrónicos o apagar la cámara en una videollamada pueden hacer una diferencia significativa. 

El diseño web no se queda atrás. Diseñar webs más ligeras, optimizar imágenes y reducir la cantidad de código innecesario no solo deja un usuario más feliz, sino que también reduce el consumo de energía. Una web sostenible no solo es más rápida, sino que también es más accesible, lo que mejora el SEO y lleva a un mejor posicionamiento.

Otros puntos claves son elegir servidores que utilicen energías renovables y adoptar buenas prácticas en el desarrollo web, como la carga diferida (lazy loading) o el uso de formatos de imágenes ligeros, como el WebP.

Por último y no menos relevante, es clave como marca comunicar de manera transparente el compromiso con la sostenibilidad digital, siendo punta de lanza e inspirando a otras a seguir el mismo camino.

No vamos a mentir, la sostenibilidad digital es un proceso contínuo que, como toda adaptación, requiere esfuerzo; pero también abre nuevas y mejores oportunidades para conectar con un público cada vez más consciente del impacto de sus decisiones de compra. 

Las marcas que lideren este cambio no solo mejorarán su reputación sin resignar crecimiento, sino que también van a estar más y mejor preparadas para un futuro donde la sostenibilidad va a ser un MUST y no una opción.

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